sábado, 10 de agosto de 2013

Democracia visual

Disderi (1819-1889), como impulsor y creador de nuevas tecnologías (en su tiempo), echó a andar su proyecto fotográfico sin miramiento al "artista" y a la posibilidad de la exclusiva burguesía para hacerlo totalmente comercial. 

A mediados del siglo XIX reemplazó la placa metálica por el negativo de vidrio disminuyendo su costo y tamaño con la capacidad de reproducción, dando así, la posibilidad a la clase media a poder adquirir su fotografía a un precio accesible. 

A partir de que Napoleón III antes de salir a Italia con su ejército en 1859 le solicitó lo retratara, fue suficiente para que en poco tiempo se llenara de empleados y talleres en los que aprovechándose de algunos lineamientos para la creación de la imagen trabajados por los más grandes pintores de la época como Delacroix, impuso la moda del retrato que representó un movimiento social representativo en su tiempo. 

Curiosamente su triunfo lo llevó a su ruina debido a la difusión de su invención; entonces se hizo más accesible tener un negocio propio para cubrir la demanda de la gente de clase media que deseaba su retrato. 

Con todo esto, se podría presumir que el invento de Monsieur Thiers (Disderi) no fue solo un gran paso en el retrato fotográfico y una posibilidad de desarrollo económico para algunos, sino también una señal de democracia e igualdad para cubrir una necesidad "artística" (y sobre todo política) del hombre: preservar su imágen. 

Hoy día, cualquiera que tenga un teléfono con cámara fotográfica, posee la habilidad de retratarse, en el momento menos esperado, con personajes importantes de la vida política y cultural asumiendo que, una vez expuesta la imagen en las redes sociales, por ejemplo, esta persona puede simular incluso una amistad con dichos personajes. 

Ahora esta “democracia visual” se puede aprovechar para una campaña política, una estrategia de imagen o simplemente una anécdota personal. ¿Y tú? ¿Qué escoges?