miércoles, 1 de octubre de 2014

Recorrido histórico que "nos muestra"

Para cuando Donald Kuspit escribe sobre el paso del arte analógico al arte digital donde reflexiona de la representación de los objetos a la codificación de las sensaciones, nunca imaginó lo que vendría a provocar en la humanidad el avance tecnológico que sigue en pleno desarrollo y que afecta cada vez más nuestras vidas por ende a nuestra cultura. Desde 1961 en donde se envían los primeros correos electrónicos que para 1972 se empieza a popularizar, internet crece de forma descomunal y en 1989 alcanza los 70 millones de usuarios. Para 1991 se crea la World Wide Web (“www”). En 1993 se empiezan a desarrollar los navegadores, el primero llamado Mosaic que se conocería después como Netscape, en 1994 se crea Amazon, para 1994 Yahoo, en 1995 nacen los blogs y el primer sitio de subastas de internet iBay. En 1998 aparece Google, luego en 1999 Napster, para 2001 Wikipedia, y las redes sociales en 2004 con Facebook y YouTube. En 2006 internet alcanza los mil cien millones de usuarios. En 2007 se crea Kindle y aparece el primer iPhone. En 2006 se lanza Twitter. En 2008 se estima que hay 63 mil millones de páginas web. En 2010 hay mil 966 millones de usuarios de internet y en enero de 2011 Facebook alcanza los 600 millones y en la actualidad sobrepasa a los mil 200 millones de usuarios mientras que Twitter apenas rebasa los 250 millones a nivel mundial. En México las cifras oscilan en los casi 12 millones de “twiteros” y alrededor de 51 millones de “facebookeros”. Estas dos redes sociales han venido a revolucionar las relaciones humanas del planeta.

Este paso histórico nos muestra no solo el avance tecnológico, sino también el desarrollo de las sensaciones que la humanidad tiene ante estas herramientas y que le proveen de nuevas satisfacciones. Entonces estamos no solo al paso de lo analógico a lo digital que describe Donald Kuspit, sino adquiriendo nuevas sensaciones ante un medio diferente al tradicional. Este recorrido entonces, también lo podemos interpretar como un bosquejo de los intereses y necesidades generales de la humanidad: la interacción, el acceso a la información, la compra de objetos, las relaciones humanas (ahora cibernéticas), la expresión videográfica, la lectura, la comunicación, las micro-expresiones, y el poder de compartir nuestras vidas personales e ideología por medio de los blogs y las redes sociales para alcanzar a ser difundidas al mayor número de usuarios posibles y así dejar nuestra huella en la humanidad del paso de nuestra existencia en este mundo.

Estamos en redes


Hoy en día internet se ha convertido en una herramienta esencial en nuestras vidas en todos los ámbitos: en los negocios, en las relaciones sociales, en la salud, en el trabajo, en la cultura, en la educación, en la ciencia, en la política y en la movilización ciudadana como movimiento estratégico de la libertad de expresión y la democracia.

En la llamada cibercultura Carlos Scolari escribió un libro en 2004 llamado Hacer Clic, hacia una sociosemiótica de las interacciones digitales en donde teoriza la relación humana con las máquinas. La llegada de las redes sociales ha potencializado esta relación que no carece de importancia por la intervención que esta teniendo en nuestras vidas personales para desarrollar una nueva manera de relacionarnos con el exterior. No solo se convierte en una problemática sociosemiótica, ahora es ya es un canal de comunicación implícito en las nuevas generaciones.

El intercambio de información por medios digitales que ahora se desemboca, entre otras cosas, a las estrategias de comunicación para personas, instituciones y organizaciones que gustan de la difusión de sus acciones e ideas, es abrirse a la oportunidad de un mercado bien definido de los que podemos obtener resultados claros debido a las distintas aplicaciones que sirven para medir su eficiencia.

Por otro lado y si queremos trascender en las redes, tenemos las estrategias en contenidos que son atractivos para el público objetivo al que vamos dirigido y en donde la utilización de los canales adecuados será definitiva, como decía aquel título del teórico canadiense Marshall McLuhan que ahora se ha convertido en un lema publicitario: “The Medium is the Massage”.