lunes, 1 de diciembre de 2014

Gustos pervertidos

El tener buen ojo en el ámbito fotográfico es una cualidad pero si se conjuga con un buen "fierro" los resultados pueden ser dignos de estudio. El análisis de la imágen digital, sus valores de reconocimiento para definir sobre lo cotidiano y artístico son aún muy reducidos.  En el nombre de la fotografía se siguen produciendo encuadres con técnicas y herramientas que permiten deformar la imagen original y darle así a la realidad otra perspectiva. Para los fotógrafos tradicionales, puristas, siempre ha existido el reclamo de la deformación de la imagen. Me gustaría citar parte del manifiesto que Tina Modotti hace sobre la fotografía con la intención de reflexionar sobre el valor del arte fotográfico actual:

"...Tampoco importa saber si la fotografía es o no arte; lo que sí importa es distinguir entre buena y mala fotografía. Y por buena se debe entender aquella que acerpta todas las imitaciones inherentes a la técnica fotográfica y aprovecha las posibilidades y características que el medio ofrece; mientras que la mala fotografía se debe entender aquella que esta hecha, se podría decir, con una especie de complejo de inferioridad, no apreciando lo que la fotografía tiene de suyo, de propio y, en cambio, recurriendo a toda clase de imitaciones, dando estas obras la impresión de que el que las hace tiene casi vergüenza de hacer fotografías y trata de esconder todo lo que hay de fotográfico en su obra, sobreponiendo trucos y falsificaciones que sólo pueden agradar a los que tienen un gusto pervertido..."

Me temo que instagram y muchas otras aplicaciones que modifican la imagen "para mejorarla" están fuera de la buena fotografía a la que se refiere Tina. En la certeza de que uno de nuestros grandes genios fotográficos se volvería loco con todo el avance tecnológico actual, es preciso revisar estos principios que nos pueden reubicar en la apreciación de la imagen digital.